EN GLOSA VELAMOS POR FOMENTAR EL TALENTO Y EL DESARROLLO DE LAS POTENCIALIDADES DE LOS INDIVIDUOS
Cuando hablamos de altas capacidades hacemos referencia a la capacidad que tienen algunos niños para aprender a un ritmo y un nivel más elevado de lo que les corresponde, si nos basamos en la media social de la misma edad.
La detección de las altas capacidades ayuda a entender a quien las presenta y a su entorno su manera de funcionar, permitiendo así, hacer un buen acompañamiento para que pueda desarrollarse según sus necesidades, encontrando la forma de dar cabida a sus potencialidades.
Dentro de las Altas Capacidades podemos encontrarnos con perfiles muy heterogéneos
Superdotados
Tienen una alta predisposición a aprender en un tiempo y nivel superior al resto de compañeros de la misma edad. Son capaces de tratar y procesar cualquier tipo de información (matemática, verbal...), recuperan con mucha facilidad conocimientos previamente adquiridos y los relacionan con nuevos contenidos que están aprendiendo. Aportan gran número de ideas, son perseverantes, muy observadores y creativos. A menudo presentan disincronía entre el nivel intelectual y el emocional.
Talentos
Muestran gran capacidad en un aspecto (talento simple) o varios (talentos complejos) de la inteligencia. En estos aspectos pueden llegar a tener un gran dominio y ser muy eficaces, pero en el resto pueden estar al mismo nivel que la media, incluso por debajo.
Precoces
su desarrollo es más rápido y efectúan procesos mentales antes que sus iguales. Con el tiempo se pueden igualar a los compañeros de la misma edad o pueden evolucionar hacia un talento o superdotación.
Cualquiera de estos perfiles puede presentar al mismo tiempo algún trastorno que afecte a sus aprendizajes, como TDA-H, TEA, dislexia, trastorno del habla o lenguaje... Cuando esto se da hablamos de doble excepcionalidad. Para poder hacer frente a estas dificultades es necesario el apoyo de un profesional que sepa abordar estos déficits al mismo tiempo que potencie las capacidades, para encontrar el equilibrio entre la frustración y la motivación
Cuando estas capacidades no se cultivan pueden acabar perdiéndose, generando a la persona frustración, desmotivación y baja autoestima que, en algunos casos, puede llevar incluso al fracaso escolar. Esta pérdida de talento no sólo afecta a la persona que lo presenta sino que es una valía que como sociedad no podemos permitirnos perder.